martes, 19 de octubre de 2021

  CINDY SHERMAN 

Nacida en Nueva Jersey en 1954, Cyntia Morris Sherman no manifestó su vocación artística hasta que llegó a la Universidad de Buffalo. Allí comenzó pintando, pero pronto se dio cuenta de que no era lo suyo; de la pintura reconoce: «... no había nada más que decir. Estaba meticulosamente copiando otro arte y entonces me di cuenta de que sólo podía usar la cámara y desarrollar mis ideas con ella». Y ciertamente, fue en la fotografía donde encontró su medio de expresión, llegando a convertirse en una de las fotógrafas más relevantes.

La artista no duda en recurrir al artificio, en la expresión y en la preparación, para narrar una historia valiéndose de una sola imagen, para incitar a la imaginación a que invente la historia que hay detrás. Y, al parecer, todo comenzó por la afición a disfrazarse que tenía desde que era niña; reconoce que no sabe si por aburrimiento, como terapia o por su fascinación por el maquillaje. El caso es que comenzó jugando con disfraces y maquillaje en la intimidad de su casa, pero, alentada por Robert Longo, a quien conoció en la universidad, se decidió a inmortalizar sus “performances” ante la cámara.


Sherman aparece en la mayoría de sus obras porque le gusta trabajar sola y hacer todo por sí misma y, aunque preste su imagen, su intención no es dejar su esencia, por eso deshecha las imágenes cuando se parecen demasiado a ella. Experimentó también con naturalezas muertas en las que no se muestra, pero lo cierto es que los coleccionistas que quieren una obra de Cindy Sherman, la quieren con ella y pueden llegar a pagar sumas exorbitantes. Así demuestra su obra Untitled #96, que se subastó en 2011 en Nueva York por casi cuatro millones de dólares.

Las imágenes de sus comienzos pronto llamaron la atención del público. Entre 1977 y 1980 realiza la serie Complete Untitled Film Stills en la que adopta multitud de clichés femeninos típicos de la sociedad machista (prostituta, ama de casa, drogadicta, despechada, bailarina). Sus fotografías, realizadas en blanco y negro, se asemejan a fotogramas de películas de los años 40-50.


Otra serie de gran importancia en su carrera fue Centerfolds que en 1981, hizo por encargo de la revista de arte neoyorquina “Artforum”. Estas fotos, impresas a doble página y en un formato muy apaisado acorde con las dimensiones de la revista, muestran a mujeres frecuentemente tumbadas con un rostro inexpresivo o preocupado. En estas imágenes muchos vieron una connotación de abuso sexual adjudicando a esta razón la molestia o preocupación que mostraban estos retratos.

http://En sus series Fairy Tales (1985), a partir de una línea de trabajo parecida a la que desarrolló en Untitled Film Stills, pero muy diferente en términos estéticos. En ella revisa la iconografía de los cuentos infantiles. Lejos del ensueño de las películas animadas, en cada una de las fotografías se observan referencias a los cuentos de hadas, pero desprovistas de su carácter agradable, donde los personajes cobran un sentido perturbador, con una iluminación tenue y caracterizaciones inquietantes.

Al igual que en series previas, en Disasters (1986) Sherman retoma elementos del cine, aunque en esta ocasión se sumerge en el imaginario de las películas de terror. En las fotografías de Disasters es posible apreciar la atención al detalle de la artista, quien cuida cada aspecto de la escenografía para llevar al máximo su potencial emotivo, incluso en las tomas donde no hay personajes visibles. La serie marcó un punto de inflexión en la producción de Cindy Sherman,  donde se decantó por lo grotesco. 

                                            

 En Disgust pictures (2004) Cindy explora los impulsos extraños, monstruosos y carnavalescos que se expresan a través de los cuentos de hadas, humor negro, payasos y máscaras.

                             Cindy Sherman. Retrato.







Cindy Sherman. Retrato.

En otra conocida serie History Portraits (1988-1990). En sintonía con las discusiones feministas y posmodernas gestadas a finales de la década de 1980 y principios de los años 90, Cindy Sherman trabajó en esta serie en la que recrea algunas pinturas de periodos como el Renacimiento o el Barroco. La artista utilizó elementos prostéticos y filtros aplicados en la foto con el fin de hacer evidente que la imagen está «armada», y que se puede recrear y desmontar. Sherman personifica figuras de pinturas clásicas de la historia del arte, tales como "Baco enfermo" de Caravaggio, entre otros.



La llegada del nuevo milenio supuso un cambio para Sherman: después de 22 años de trayectoria, con varias exposiciones exitosas, la artista reinventó la dirección de su trabajo al observar los resultados de sus primeros proyectos. Con The Head Shots (2000-2002), Sherman volvió a aparecer como modelo, en esta ocasión con caracterizaciones de mujeres en vestidos elegantes o con un estilo urbano. Esta serie, dentro de la carrera de Sherman, se puede apreciar como un corte de todo lo aprendido hasta la fecha, ya que cada imagen contiene referencias a trabajos anteriores: por ejemplo, algunas poses remiten a las de Untitled Film Stills (serie de finales de la década de 1970); el uso de maquillajes grotescos se asemejan en gran medida a sus imágenes para revistas de moda, mientras que el juego de luces recuerda a lo que trabajó en History Portraits.



En Clowns (2003-2004) retoma la estética de los payasos para indagar en la representación de las emociones y su recepción cultural, aunque, como en otras series, la fotógrafa le añade un carácter inquietante en algunas tomas, donde la paleta de colores alegre contrasta con muecas de tristeza o una expresión intimidante.

 En Society Portraits (2008) de nuevo el maquillaje exagerado y las poses aparecen como recordatorios de que los entornos sociales son construcciones que se elaboran desde la imagen. La atmósfera de los escenarios en cada toma le brinda al público herramientas para contrastar las nociones de lujo y comodidad actuales frente a las de otros tiempos.



Con Fotografías para Instagram (2017- ), aún en desarrollo, la artista trata de plantear una crítica a la facilidad que tenemos para modificar nuestra representación de la realidad en las redes sociales.

La fotógrafa nunca ha querido dar título a sus obras, que son conocidas por su número de inventario, pues considera que es el espectador a quien corresponde atribuir un significado a la imagen y no querría crear una idea preconcebida en él.

Ahora pasaremos ha contextualizar de forma imaginaria una de las fotos de esta artista.

Untitled Film Still #58

 







Marie es una joven que nació en un pequeño pueblo de Nueva Jersey. Criada por una familia cristiana creció en el pensamiento de que su papel como mujer era encontrar un hombre con el que casarse y comenzar una familia. Su primer novio del instituto tenía una motoclicleta, algo que a Marie le fascinó. A sus 18 años convenció a sus padres, con mucho esfuerzo, para que le regalasen una. Desde entoncés todo cambió en la vida de la joven salvo su amado y característico vehículo. Poco a poco fue conociéndose a sí misma y descubriendo su verdadera manera de ser. Después de besar a una compañera de clase, Marie se vio obligada a abandonar el lugar donde nació pues todo el pueblo se enteró y no podía volver a casa. Tan solo con su motocicleta no paró hasta llegar a la gran ciudad de Nueva York. Allí, descubre un ambiente totalmente nuevo y diferente en el que siente que encaja y en el cual puede ser feliz.

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